LA ARPILLERA COMO SOPORTE

De todos los soportes con los que he experimentado, la arpillera es con la que tengo un vinculo más estrecho y especial que me lleva a mantener un dialogo pictórico más claro y fluido, que me conduce siempre al momento mágico: cuando el soporte y la materia hablan el mismo lenguaje.
 Cuando trabajo con ella me olvido de otros caprichos artísticos y aparco a un lado  la “promiscuidad pictórica” que me lleva a experimentar con otros soportes y explorar otros lenguajes.

 Es pues la arpillera con su textura y color de tierra seca, la que me conecta e invita a verter parte de las imágenes que veo a través mi, sobre ella.